Autoclaves

Diariamente utilizamos en nuestras clínicas dentales instrumentos (pinzas, tijeras, curetas…) que son susceptibles de ser contaminados al entrar en contacto con las mucosas y otros fluidos de los pacientes.

Por este motivo resulta de vital importancia disponer de uno o varios aparatos esterilizadores (o autoclaves) que nos permitirán esterilizar estos utensilios dentales para poder volver a utilizarlos.

Existen varios tipos de autoclaves: de clase N, S o B.

Los autoclaves de Clase N son los más simples y los menos indicados para clínicas dentales. Su tecnología no permite sino esterilizar instrumentos planos, sin cavidades y sin embolsar.

En el caso de los autoclaves de Clase S, se crea un pared de vapor en cada ciclo de esterilización que elimina el aire del interior de la cámara, repitiendo este proceso hasta tres veces.

Mediante esta técnica los instrumentos porosos o con huecos poco profundos pueden ser esterilizados, así como material embolsado y sin embolsar. En cambio, no permite esterilizar material textil.

Los autoclaves de clase B son los de uso más generalizado en clínicas dentales por su alta fiabilidad y versatilidad.

Esto es porque permiten eliminar el aire del interior de la cámara mediante una bomba de vacío creando, así, una presión negativa que posibilita la entrada del vapor de agua a altas temperaturas.

De esta manera, y a diferencia de los autoclaves de clase N o S, se consigue desinfectar todo tipo de instrumental odontologico (porosos, con cavidades, elementos textiles…) tal como estipula la normativa europea 13060 para clínicas dentales.

Hay muchos factores que pueden influirnos a la hora de comprar un autoclave de clase B, pero hay cuatro que destacan especialmente, y a los que merece la pena prestarles atención antes de realizar esta inversión:

Es muy importante predecir la cantidad de utensilios dentales susceptibles de ser esterilizados en nuestra rutina diaria.

Por ejemplo, en clínicas pequeñas la rotación de instrumental no es tan grande como el que exige una policlínica, y podemos optar por autoclaves más pequeños, que nos darán resultados igual de satisfactorios que un autoclave de gran capacidad por un precio más asequible.

Para el caso de grandes clínicas, o policlínicas dentales, es interesante considerar la opción de autoclaves de clase B con gran capacidad.

No obstante, para optimizar los procesos de esterilización muchas de ellas optan por tener dos autoclaves de capacidad media-alta. Así, además de tener dos maquinas de esterilización a pleno rendimiento, pueden servir de auxilio en caso de avería de una de ellas.

En DENART contamos con autoclaves de repuesto para casos de avería.

Otro de los grandes quebraderos de cabeza que nos encontramos cuando compramos un autoclave de clase B es el tiempo en los ciclos de esterilización.

Atendiendo a la marca y/o gama del aparato podemos encontrarnos con ciclos de esterilización de productos no embolsados que van desde los 10 minutos en adelante. Esto optimiza la rotación del instrumental, pero implicará una mayor inversión.

En la actualidad, muchos de los autoclaves que hay en el mercado llevan instalados tanques de agua propios (con agua limpia y usada) para no tener que estar conectados a una toma de agua, lo que se traduce en una mayor comodidad.  Comprueba que el autoclave tiene autonomía de agua antes de realizar su compra.

Son dos cuestiones básicas que hay que consultar antes de comprar un autoclave para nuestra clínica dental. Lo normal es que la garantía esté entre uno y dos años.

En cuanto al servicio técnico, las principales marcas fabricantes de autoclaves cuentan con servicios técnicos oficiales en toda España. Asegúrate de que tu proveedor te ofrezca servicio de mantenimiento del autoclave.

Somos servicio técnico oficial de la marca MELAG, principal fabricante de esterilizadoras de uso clínico.